Ashley Keast, un británico de 25 años, va camino de convertirse en el ladrón más torpe de la historia. El joven entró a robar en una casa de Rotherhan, de la que se llevó nada menos que 27.000 dólares.
Pero después de esto, no se le ocurrió otra cosa que hacerse un ‘selfie’ utilizando un teléfono que también había robado y compartió la foto con todos los contactos de la víctima. Al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, los amigos se pusieron en contacto en seguida con la policía para denunciar el robo.
Gracias a la foto, el ladrón fue identificado muy rápidamente y al día siguiente fue detenido en su propia casa. Ahora está en la cárcel, ya que la policía le ha condenado a dos años y ocho meses. La pena se ha visto reducida ya que no le quedó otra que admitir el robo.