¿Cuántas veces tardaste horas en sacar tu entrada para un concierto de rock? ¿Cuánto tiempo esperaste para pagar tus cuentas? ¿No podrías haber estado haciendo algo mejor? ¡Claro que sí!
Robert Samuel, pícaro de nacimiento, después de perder su empleo tuvo una ingeniosa idea para ganar unos dólares. Abusando del furor enfermizo que produce el lanzamiento de las nuevas tecnologías en la ciudad de Nueva York, este muchacho puso en marcha su plan.
Cuando salen al mercado artículos, ¿necesarios?, como por ejemplo el IPhone 5, las filas que se forman en las puertas de los locales donde los venden parecen eternas. Por supuesto, cualquier friki estaría dispuesto a esperar horas y horas por comprar dicho smartphone, pero ese no es el caso de un padre de familia que tiene que volver rápido a su hogar para escuchar los alaridos de su dulce esposa, por citar un ejemplo de un cliente potencial para Robert. Así, este señor cobra 25 dólares por ocupar un lugar en la cola durante la primera hora, y luego 10 cada 30 minutos.
A ver, Samuel, ¿cómo es que todavía nadie te echó a patadas? “Ese ha sido uno de mis mayores temores. Lo que le digo a la gente es que un lugar en la fila es una oportunidad perfecta para que pueda decirle al resto lo que está haciendo allí”, expresó. Un caradura en su máxima expresión.