El 28 de octubre de 1969 nace Ben Harper, uno de los mejores artistas que nos regaló la década de los 90. No es de extrañar: primero por que pertenece a una familia de músicos y segundo por que es californiano, de la «costa oeste», cuna de grandes músicos.
Harper ya experimentaba con la guitarra siendo tan sólo un niño. En la adolescencia empezó a darse a conocer por los locales de Los Angeles.
En 1998 graba junto a The Innocent Criminals “The will to live”. El álbum suena en varias emisoras del país. El éxito de Harper es sólo cuestión de tiempo. Durante unos años escribe para artistas como John Lee Hooker y participa en el Tibetan Freedom Concerts. Aquí aparece como telonero de grupos como REM o Radiohead.
En esta etapa amplía sus conocimientos musicales y se desarrolla el Harper poeta.
1998 es el año del reconocimiento. “Burn to shine”, se convierte en su primer éxito de ventas. Su estilo ya está cimentado. Harper suena a Harper y nunca decepciona. Pocos años más tarde, en 2003, hace que nos rindamos con “Diamonds on the inside”. De este disco se dice que: “sacia la sed de los devotos y convierte a los que toman contacto por primera vez”. Una obra maestra.